Después de largos años de paciente y afanosa búsqueda, J. dio por fin con esa novia, esa mujer única a la que los hombres jamás debe dejar pasar.
Ella tenía los colmillos largos y agudos; él tenía la carne blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
Ella tenía los colmillos largos y agudos; él tenía la carne blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
(Poli Délano, Chile “El amor ideal” 1973)
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